Autor: Víctor Hugo Ortiz Montalvo

La creación de las vacunas y el acto de la vacunación representan uno de los avances más grandes en la historia de la salud pública debido a que conforme se inició su aplicación de manera sistemática bajo el modelo de esquemas de vacunación se comenzaron a salvar millones de vidas e incluso se comenzaron a erradicar enfermedades que antes parecieran imposibles de controlar y aún más imposibles de desaparecer.

Si revisamos la historia y las épocas donde no existían las vacunas podemos darnos cuenta como las enfermedades infectocontagiosas eran las responsables de acabar con la vida de millones de personas. Debido a que no existían vacunas se dio origen a múltiples pandemias que incluso cobraron más vidas que la primera Guerra Mundial un ejemplo claro fue la pandemia de la Gripe Española.

Si bien la creación de las vacunas y el acto de la vacunación representan uno de los mayores avances científicos en la historia de la humanidad podemos decir que su aplicación se ha visto afectada e incluso limitada por el surgimiento de los llamados “movimientos antivacunas”.

Los movimientos antivacunas han estado presentes desde hace Siglos y son tan antiguos que incluso desde que Edward Jenner desarrolló la primera vacuna contra la viruela en el año de 1796 surgieron protestas sociales que posteriormente dieron origen a la creación de los llamados “movimientos antivacunas”.

Los grupos que están en contra de la vacunación argumentan que la aplicación de una vacuna en lugar de generar en ellos un beneficio de protección a su salud les genera el desarrollo de una enfermedad. Estos pensamientos de oposición a los actos de vacunación se deben a múltiples intereses, perspectivas o idiosincrasias, las principales son las que se muestran a continuación:

Motivos políticos. A lo largo de la historia ciertos grupos que tiene relación directa con intereses políticos manipulan la información con motivo de lograr desestabilizar regímenes o gobiernos que no corresponden a sus intereses. Estos grupos han encontrado en el movimiento antivacunas los motivos suficientes para lograr su fin.

Infodemia. La infodemia es la sobreabundancia de información que se caracteriza por la difusión de noticias falsas y carentes de fuentes confiables. El libre acceso a internet tiene como consecuencia negativa encontrar un gran cumulo de información falsa que en lugar de informar desinforma. Esa desinformación es un argumento suficiente que ha impulsado actualmente el movimiento antivacunas porque sobre todo a través de las redes sociales se difunde que las vacunas contienen sustancias nocivas para la salud que desencadenan enfermedades.

Idiosincrasia. Sin lugar a dudas aun en pleno Siglo XXI hay amplios sectores sociales que por creencias, costumbres o pensamientos siguen limitando los actos de vacunación. Es verdaderamente lamentable como la idiosincrasia se ha convertido en uno de las barreas más difíciles de combatir.

ESAVI. Los eventos supuestamente atribuibles a la vacunación, mejor conocidos por sus siglas como ESAVIS, son algunos de los argumentos por los cuales el movimiento antivacunas ha tomado gran relevancia en la actualidad. Es importante mencionar que la administración de una vacuna cualquiera que esta sea genera pequeños efectos secundarios posteriores a su administración pero eso no significa que estos le generen daño al organismo. Efectos como fiebre, dolor en el sitio de aplicación, enrojecimiento o dolor de cabeza son completamente naturales debido a que conforme se administra una sustancia desconocida al organismo este la reconoce y desencadena estos efectos leves que son meramente naturales. Es importante mencionar que cada organismo reacciona de manera diferente a la vacunación, no todos los vacunados presentan los mismos efectos.

Para contrarrestar los movimientos antivacunas es necesario evitar la difusión de noticias falsas mejor conocidas como “Fake News”. Es importante que al momento de dar lectura a una noticia revisemos las fuentes de información para de esta manera evitar caer en medios de comunicación carentes de evidencia científica.

Todas las vacunas que se administran en nuestro Sistema Nacional de Vacunación y en los Sistemas de Vacunación de otros Países han cumplido con los estándares de bioseguridad que estipula a Nivel Mundial la Organización Mundial de la Salud y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos mejor conocida por sus siglas como la FDA.

En nuestra actualidad enfrentamos una pandemia de origen infeccioso cuya principal característica es la propagación masiva, difusa y rápida del nuevo coronavirus. El virus SARS-Cov2 ha afectado a millones de personas a nivel mundial y controlar la pandemia que causa resulta fuertemente complicado debido a que su propagación entre ostros aspectos se debió a que en un principio se carecía de una vacuna.

Esta pandemia al igual que las ya vividas por la humanidad le debe dejar como enseñanza a la sociedad la importancia que tiene las vacunas y el papel que desempeñan para evitar la propagación masiva de contagios y los millones de muertes.

En estos tiempos le vendría bastante bien un llamado reflexivo a los movimientos antivacunas para que eviten caer en la difusión y en el rechazo de los actos de vacunación contra la COVID-19. Porque de llegar a caer en la oposición no solo se pondría en riesgo su salud sino la de familias y comunidades enteras. Ya vimos lo que sucedió en Europa donde el movimiento antivacunas y la difusión de noticias falsas incrementaron de manera alarmante los casos de Sarampión.

Impulsar el movimiento antivacunas es regresar a un retroceso. Por el bien de la salud pública permitamos la vacunación.