*PRI. ¿CORRER O REFUNDACIÓN?
*LA DESBANDADA PRIISTA.
*NADA CERCA LA REFUNDACIÓN DEL PRI.
*Y FRACASÓ LA CONSULTA…
Pareciera que es la alternativa que les están dejando, tanto a los militantes como a los simpatizantes
del Partido Revolucionario Institucional, cuyo destino como partido, está íntimamente ligado a la
voluntad y ánimo de su todavía dirigente nacional ALEJANDRO MORENO CÁRDENAS alias “ALITO”,
quien más que dirigente, se ha convertido en un mini dictador partidario.
Todavía recordamos el arribo de “ALITO” a la dirigencia nacional hace casi dos años, cuyo lema
principal de su campaña fue la promesa de que en el tricolor solo la militancia tomaría las decisiones
importantes, entre ellas, la elección de dirigentes y de candidatos, promesa que no solo ha
incumplido, sino que quitó esas posibilidades al modificar los estatutos y arrogarse para sí, esas
decisiones.
Hoy, la estrepitosa derrota que el PRI sufrió en el pasado proceso electoral, perdiendo 15 de 15
gubernaturas en disputa y en consecuencia, perdiendo la posibilidad de refrendar algunas
gubernaturas en manos de priistas, empero, lo más lastimoso de esa derrota, fue el haber ganado
solo 11 diputaciones federales de 300 en disputa, penosos papel.
LA DESBANDADA PRIISTA.
Derrotado y humillado como quedó el tricolor, su dirigente tenía la oportunidad de lograr
“equilibrios” entre las fuerzas políticas que inciden en su vida interna, haciendo un reparto
proporcional y ponderado de las curules plurinominales, al integrar las listas de las respectivas
circunscripciones, empero, impuso su interés personal, designando a sus cuates y amigos, todos los
demás fueron marginados.
En esa tesitura, los aún priistas se están preguntando, ¿vale la pena seguir militando en el PRI o
buscar refugio en otras fuerzas políticas? Lo que hoy se observa, es que al menos cuadros
“distinguidos” de ese partido han tomado distancia de la institución que les dio fama y fortuna, en las bases, no se nota tanto el fenómeno, pues no hay la misma estridencia mediática que con los
primeros, pero, ¿de que se está dando? Por supuesto que sí.
En nuestro estado, cualquier priista, de ese que tiene la camiseta bien puesta, pueden decir que no
les fue tan mal como a nivel nacional, sin embargo, un dato aterrador es el número de votos
obtenidos, pues en la elección del 2018 el tricolor obtuvo la friolera de 332, 825 votos, mientras que
el pasado domingo 6 de junio, solo obtuvo 216, 232, aunque en el conteo final pueden ser un poco
más.
Lo cierto es que, perder más de 100 mil votos y reducir su clientela entre militantes y simpatizantes
a poco más de 200 mil votos, el panorama es nada alentador, por más que me digan que, gracias a
la alianza, ganaron cinco curules de mayoría en el congreso local, pero en ayuntamientos, la dieta
fue peor que en el 18, ya que solo se ganaron 11 ayuntamientos solos y 15 en alianza con el PAN y
el PRD.
Resultados, como ya se apuntó, nada alentadores y sí, el fiel reflejo de que liderazgos y personajes
“distinguidos” del tricolor jugaron con otras fuerzas políticas, en protesta por que su dirigencia
nacional “comerció” cínicamente con su militancia y obedeció a intereses muy diferentes al de los
priistas y con ellos, mucha militancia inconforme y marginada.
NADA CERCA LA REFUNDACIÓN DEL PRI.
En principio, a sabiendas de que los resultados electorales en nada le favorecieron en este 2021,
ALEJANDRO MORENO CÁRDENAS alias “ALITO” en su calidad de presidente del comité ejecutivo
nacional, ratifica cada día que pasa, en que la reestructuración de la estructura partidaria como
comités estatales y municipales, se realice hasta después de la asamblea nacional que se celebrará
en febrero del 2022 y no antes.
Sin embargo, también cada día que pasa, crece la inconformidad con ALEJANDRO MORENO por su
errática forma en que ha conducido al partido y por lo pronto, aparte de la corriente que encabeza
ULISES RUÍZ, ya apareció otra cuya cara fue SEBASTIAN LERDO DE TEJADA y parece ser, que se está
gestando otra impulsada por los actuales gobernadores priistas y muchos ex gobernadores,
expresiones cuyo objetivo es lograr que ALITO MORENO renuncie al partido.
Es lo apuntado, lo que nos lleva a inferir que una potencial refundación del tricolor o por lo menos
la reestructuración de su estructura de dirigencia, no podrá ser este año sino hasta el próximo, pero
además, las fuerzas vivas priistas, si es que todavía las hay, han guardado un silencio vergonzante
ante la manipulación y comercialización que ALITO ha hecho del partido, no ha habido una sola voz
de protesta que se haya alzado, nada, puro silencio.
Luego entonces viene la pregunta: ¿habrá alguien el PRI todavía que se atreva a encabezar la
refundación de ese partido? Lo dudo. Hay por ahí uno o dos liderazgos, pero que por sus
características de institucionalidad, no creo que se revelen a las disposiciones de ALITO y su pandilla,
por el contrario, es más posible que esperen a cosechar la migajas que desde el CEN les dejen. El PRI
no está muerto, pero sí, en terapia intensiva. ¿Quién lo sacará?
Y FRACASÓ LA CONSULTA…
Sin ser agoreros del mal, en esta columna anticipamos que la consulta organizada por el Instituto
Nacional Electoral iba a ser un auténtico fracaso y no nos equivocamos, en lo que si nos equivocamos
es en la predicción de que al menos habría una participación ciudadana del 25%, lo que no sucedió,
nos quedamos lejos de la realidad.
Por lo menos en las mesas receptoras que pudimos observar, la participación fue no mayor del 10%
y eso en las que más gente acudió, resultado que tiene su lectura y esta es que la ciudadanía logró
entender que no tenía ningún caso acudir, pues el resultado no tendría un objetivo real, aunque
fuera “vinculatorio”, no habrían los dispositivos legales para ejecutar su mandato.
A los inconformes, hay que recomendarles que lean con detenimiento el decreto que ordena su
organización, para que se den cuenta que no se destinaron recursos para su ejecución, que la
publicidad de la misma se inició 15 días antes por que así lo ordenó el congreso y que el número de
mesas receptoras, más de 57 mil, fueron suficientes y de acuerdo a los recursos que el INE pudo
destinar para ello.
¿Si con 57 mil mesas receptoras se gastaron más de 500 millones de pesos, instalar las mismas que
en la elección, cambiaría el resultado? Seguro estoy que no, el resultado hubiera sido el mismo, el
fracaso, lo que si hubiera sido diferente es la inversión, la que hubiera sido mayor de mil millones
de pesos, con las necesidades que tenemos ¿hubiera sido justo? Claro que no.