Por: Guillermo Salas Razo

El Impacto del Huracán Otis, que azotó la costa del Pacífico mexicano dejó a su paso un escenario de destrucción y desolación en Acapulco y zonas rurales aledañas.

Este fenómeno natural (Huracán categoría V), considerado como el más intenso de los últimos años, nos debe dejar importantes aprendizajes que deberán ser tomados en cuenta para enfrentar futuras situaciones similares.

En primer lugar, el Huracán Otis nos ha recordado la importancia de estar preparados ante desastres naturales; pues a pesar de que se contaba con un sistema de monitoreo y alerta temprana, no se tomaron las medidas necesarias para proteger a la población y resguardar sus bienes.

Esto nos demuestra la falta de una cultura de prevención en la población y en las instituciones gubernamentales; y que es necesario, fortalecer las medidas de educación y concientización sobre de cómo actuar ante este tipo de situaciones (no es posible que ante la desgracia veamos esos actos vandálicos y de rapiña a comercios e instalaciones, de saqueos de bienes ajenos a las necesidades de la emergencia provocada por Otis.

Otro aprendizaje importante que nos deja Otis, es la necesidad de contar oportunamente con plan de movilización de infraestructura y servicios básicos a las zonas amenazadas por fenómenos de esta naturaleza; sobre todo cuando la experiencia nos dice que las afectaciones requerirán de atención y apoyo para salvaguardar vidas humanas y para el pronto restablecimiento de servicios básicos propios de la emergencia, como lo son: telecomunicaciones, red de agua potable, medicinas, infraestructura carretera, etc.

También, durante el paso del Huracán Otis, se evidenció la fragilidad de cualquier infraestructura ante los fenómenos naturales que cada vez serán más frecuentes y de mayor intensidad por los efectos del Cambio Climático; sobre todo en las comunidades rurales, lo que agrava la situación y dificultad en las labores de rescate y ayuda.

Por lo tanto, es fundamental que las autoridades inviertan en mejorar la infraestructura y servicios en zonas vulnerables, para garantizar una mejor respuesta ante futuros desastres.

Además, el Huracán Otis nos ha dejado en evidencia la importancia de la coordinación y colaboración entre los diferentes niveles de gobierno y la sociedad civil, pues en las primeras 48 horas quedo evidente la lentitud de respuesta a la emergencia, y la falta de coordinación entre las autoridades locales, estatales y federales.

Sin embargo, también hay que resaltar la solidaridad y el espíritu de ayuda que se manifestó en la población.

Muchas personas se están uniendo para brindar apoyo a los afectados, ya sea a través de donaciones, voluntariado o simplemente ofreciendo su ayuda en las tareas de rescate y limpieza.

Este tipo de acciones nos demuestran que, a pesar de las dificultades, la solidaridad y la empatía siguen siendo valores fundamentales en nuestra sociedad.

Por último, el Huracán Otis nos debe dejar una lección sobre la importancia de cuidar y preservar nuestro medio ambiente, pues la intensidad de este fenómeno natural se debe en gran parte al Cambio Climático y a la degradación del medio ambiente; por lo que es necesario tomar medidas urgentes para reducir nuestra huella ecológica y proteger nuestro planeta; ya que, de lo contrario, seguiremos enfrentando desastres naturales cada vez más devastadores, #PalabraDeNicolaíta.