Desarrollo Social Rural en Michoacán

Guillermo Salas Razo

El Desarrollo Social se centra en la necesidad de anteponer en cualquier proceso de desarrollo a las personas; un paradigma que debemos asentar en la construcción de una visión prospectiva y proactiva del Desarrollo Social Rural en Michoacán y el país.

Una política de Desarrollo Social Rural acertada debería de estar sustentada en las fortalezas y capacidades propias de los grupos, organizaciones y comunidades, y no en la atención paliativa de las debilidades y carencias de la población rural.

Por eso, esta opinión la hago como una crítica a la errada política social asistencialista que considera que con apoyos económicos directos impulsan el bienestar en el medio rural, fomentan la autosuficiencia alimentaria y reconstruye el tejido social en las zonas agrícolas.

Un proceso de Desarrollo Social no se debería justificar sus acciones en el discurso de atención a la pobreza, y si lo hiciera, debería comprenderse que pobreza no significa bajos ingresos, sino una serie de factores de vulnerabilidad en la sociedad que incluyen además de los ingreso per cápita, el rezago educativo, la falta de acceso a servicios de salud y seguridad social, la calidad y espacios de sus viviendas, la falta a servicios básicos, el grado y calidad de alimentación, y el nivel de cohesión social de su comunidad. Y no se olvide que esa vulnerabilidad también corresponde a la exclusión, instituciones poco transparentes y la exposición a la violencia.

Pareciera que una política de sostenimiento de la pobreza es redituable; y eso es preocupante, pues genera la tentación de mantener o de crear pobreza.

Por lo tanto, una nueva visión prospectiva y proactiva del Desarrollo Social Rural en Michoacán, deberá involucrar al Gobierno Estatal y Gobiernos Municipales, a las propias comunidades, a la sociedad civil, al sector privado y desde luego que a las instituciones como la nuestra Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo.

Por eso la nueva visión del Desarrollo Social Rural en Michoacán no debe verse como un programa asistencialista para la gente pobre, sino como un proceso de desarrollo que promueve la inclusión social empoderando a la gente, creando sociedades cohesivas y resilientes, mejorando la accesibilidad a los servicios y seguridad, y la rendición de cuentas de las instituciones a la sociedad; y desde luego, una verdadera “Planeación de Crecimiento Económico” orientada a mejorar las condiciones de la calidad de vida de la población Rural.

Se debe cambiar la forma errada de hacer política, una política que detrás del discurso de la empatía o la solidaridad con el pueblo inhiben el desarrollo y las oportunidades reales de bienestar en el medio rural, de la autosuficiencia alimentaria y de la reconstrucción del tejido social en las zonas agrícolas.

Atender la pobreza vinculándola con el desarrollo permitirá el mejoramiento sostenido de la calidad de vida de la población rural de bajos ingresos, y al mismo; tiempo se estará contribuyendo con oportunidades y el equilibrio de la economía rural, #PalabraDeNicolaíta